Un saco puede servir para muchas cosas.
Los sacos se usaban durante las guerras para hacer trincheras, pero también para transportar alimentos y otras cosas. También se usan en tiempo de paz. Con los sacos podemos recibir cosas y también volverlos a llenar y enviar. En este caso están llenos de cuentos protagonizados casi todos por niños. «La niña y los gorriones», «Los niños no quieren la guerra», «el muro» o la segunda parte de «la liebre y la tortuga» son algunas de las historias que se escondan dentro de los sacos.
Cuentos que hablan de maneras de hacer las cosas, de lo que merece la pena y del que no; cuentos que, de forma lúdica y divertida, nos animan a pensar y a crecer.